ME GUSTARÍA TENER MÁS POSIBILIDADES DE RECORDAR ALGUNAS COSAS
PARA NO SENTIR TANTA PRESIÓN EN LA CABEZA
cabezas de yeso, grafito, látex, hierro, motorreductor 220v, impresión 3D, madera
35 x 65 x 120 cm
Una cabeza de escayola hueca rellena de polvo de grafito es presionada, lenta pero constantemente, por una prensa de banco conectada a un motorreductor. La prensa se comprime casi imperceptiblemente, a razón de una revolución por hora. Al cabo de 40 horas (o dicho de otra forma, una semana de jornada laboral de 8 horas), la prensa se cerrará por completo, terminando de destruir a la cabeza. Cuando esto haya ocurrido, una nueva cabeza tomará su lugar, y el ciclo se repetirá de nuevo, como cada semana. El polvo de grafito que cae al suelo con el correr de los días, junto a la cabeza destruída, materializan el tiempo y la acción de lo que alguna vez fue. Huella y memoria de la cabeza destruida, un fino cascarón blanco de escayola ovoide, casi como un huevo.
Como en una performance a cámara lenta los objetos cumplen su función, los materiales que se resisten a ser destruidos accionan entre ellos, demostrándonos que no son objetos pasivos. Acciones iguales que dan resultados diferentes. Una pieza creada para ser destruida, y que su mismo accionar maneja su vida útil. El carbón, por su parte, no sólo se presenta como el principal elemento de los seres vivos, sino como el lápiz de grafito con el que escribimos y dejamos asentada nuestra memoria.