EL AGUA Y LOS HITOS

[performance en la via pública]

Escultura cinética/arqueología líquida


Escultura cinética realizada en conjunto con Erika Ortiz Díaz y Aldana Olivello expuesta en el CC Recoleta, como parte conjunto de una pedaleada performática homónima que se realizaba durante el tiempo de la exposición.


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La ciudad de Buenos Aires perdió muchas de sus manzanas y de su historia para la realización del Plan de Autopistas Urbanas, ingeniado durante la última dictadura cívico militar (1976-1983).

Estas montañas de piedras y de Buenos Aires, generadas por las demoliciones, fueron depositadas en la zona costera para ganarle terreno al río. Muchas de éstas terminaron formaron la actual Reserva Ecológica de Costanera Sur.

Las piedras fueron pulidas por el agua durante más de 30 años, la misma agua que se llevó sus recuerdos.

Para la presente escultura, que acompañaba una intervención efímera en la Ciudad, se toman estas piedras, que en un momento se le dieron al río, para intentar devolverlas a la ciudad en construcciones colectivas. Al mismo tiempo que el agua, lenta y silenciosamente las sigue desgastando y erosionando, aunque siempre las piedras y su peso, quedan. 

Realizada en el marco del Lab. Pedalúdico de la Bienal de Arte Joven.

Expuesta en el CC Recoleta en la Bienal de Arte Joven (septiembre/octubre 2017).


La Escultura realizada en base a esta pérformance fue expuesta también en:

- Milion en la muestra 'Pase y cierre la puerta' en el marco del Noviembre electronico (noviembre 2018)

- Exposición permanente y obra patrimonio de CheLA (Centro Hipermediático Experimental Latinoamericano).

“No esperes gran cosa del río, no es lo que te imaginas, no es un río correntoso como los del sur ni es un río enigmático y profundo como los del norte. No esperes aventuras, es un río de llanura, apenas un montón de agua parda y tibia que viaja como dormida hacia el mar, (…) Vas como dormido, como si anduvieras en el medio de la nada, como si anduvieras de noche, vas casi sin pensar como el ganado, es como si fuera un camino abandonado por el que ya no va nadie. Al río tampoco va nadie ¿para qué van a ir? Acordate: no esperes gran cosa.”

(Historias Extraordinarias, Mariano Llinas)